Instintivamente los primeros humanos ya recolectaban piezas de la naturaleza, rocas, conchas o huesos, para hacerlos parte de su vestimenta, los primeros accesorios. Esta noción de colocarnos elementos a los cuales les otorgamos significado por ejemplo mágico o protector, esta inscrito en nuestro ADN más antiguo. A través de estas piezas también se establecía, como ahora, un medio de comunicación, que decía jerarquía, origen o batallas libradas.

Estos elementos por su origen vegetal o mineral, desaparecían con sus dueños con cero de impacto ambiental y hoy en día se descubren entre la tierra o la roca contándonos sus historias.

Posteriormente el manejo de metales y piedras preciosas para la elaboración de joyería, daría un nuevo significado a los accesorios, serán exclusivos de las clases privilegiadas, y su mensaje será de status, la explotación de la tierra será una prioridad para satisfacer esta demanda de vanidad humana.

El impacto de este proceso al principio seguramente no resultaba dañino para el planeta, pero con el paso del tiempo la búsqueda de los metales preciosos es a sangre y fuego, que desató y aún lo hace, muerte y desastre ecológico en muchas partes del mundo, donde la tecnología de los aparatos digitales que usamos lo exige o para que alguien al lado opuesto del planeta pueda lucir su nuevo anillo de diamantes.

Aquí un caso documentado por National Geographic, Minerales de conflicto: el precio de los metales preciosos, y el panorama nacional en este blog Biogenicolombia del El Tiempo.

Si, otra cosa que como especie podemos hacer mejor, para no ser tan negativa.

Para esto, cuestionarnos constantemente de donde vienen las cosas que compramos es un primer paso, y siempre hay opciones.

La bisutería creada para la clase media, que no podía pagar por joyería fina, ha producido desde su origen miles de alternativas que son el camino medio, para seguir luciendo piezas que nos gustan y las cuales tienen significado estético y personal, y no por eso contaminaron de mercurio algún rio.

Pensar en diseñar una pieza de bisutería con cero impacto ecológico y que finalmente resulta en algunos casos en estás piezas que vemos diariamente en las calles, no son sólo cosas de hippies, son las que hacen una microscópica, pero constante lucha más por un mundo mejor, y si están echas a mano no hay nada más lleno de amor y buena energía.

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