Nuestra ropa es algo que nos da identidad, bastante personal pero rara vez reflexionamos de donde viene, hasta que  de casualidad ves el documental The true cost (el verdadero costo) en netflix, y te das cuenta de otra cosa que no está bien y de la cual participas.

La sensación permanente que nuestro comportamiento está condicionado, sin darnos cuenta, por factores externos incluida nuestra reina suprema, la publicidad, que nos dice todo el tiempo, compra, compra, compra y vuelve pronto es constante, y que pasas si no, que pasa si de vez en cuando hackeamos el sistema.

Y no si alguien también lo siente, pero en los almacenes se siente una ambiente muy competitivo y de ansiedad, como si todos lucháramos por encontrar algo y no dejárnoslo quitar, como buscando un premio o algo único que es solo para nosotros, cuando en realidad esta echo en serie.

Esto sin profundizar en el impacto de la industria de la moda en el ambiente, con su fast fashion o moda rápida. Aquí un articulo del El Espectador al respecto.

Por todo lo anterior tuve mi primer acercamiento con la ropa de segunda mano, conocí por redes el proyecto Clothe, el cual trabaja en moda sostenible, aquí mis reflexiones al respecto:

  • Como todo hay que probar para saber, yo logre hacer un intercambio de 3 chaquetas que ya no me ponía en perfecto estado por 2 blusas y 1 saco, en buenas condiciones. Sin embargo también creo que es de suerte y del stock que encuentres en ese momento, para encontrar algo que logre darte la sensación de satisfacción.
  • Ve acompañado(a) la sensación de competitividad que mencionaba anteriormente no se pierde en un sitio de segunda mano, y puedes perder hasta la ropa que llevabas puesta.
  • Se necesita un esfuerzo para dejar de la lado la idea que esa ropa estuvo en el cuerpo de otra persona y por supuesto de su olor, por esta razón uno sale corriendo a lavar la ropa con buen jabón y suavizante.
  • Por lo anterior intercambiar la ropa debería darse primero con nuestras personas más cercanas, ser un habito de familia y/o amigos seguramente es un buen comienzo.
  • Este ejercicio en la mayoría de los casos se hace por entender y acercase al tema, no por necesidad, entonces explorar las opciones es importante, entre ellas la donación.
  • Evaluar constante que ropa necesitamos comprar de verdad, una revisión al armario, la cantidad y la frecuencia con la que usamos la ropa, de acuerdo a nuestra rutina.
  • Es económico un punto muy a favor, yo compre una camiseta gef a $5.000 y realmente parece nueva.
  • Entrenar el ojo tomarse el tiempo de mirar las prendas y evaluar el uso y la calidad de la misma.
  • El medio ambiente necesita que tomemos acciones personales también en este aspecto.

Creo que es un tema que es importante explorarlo y intentarlo de vez en cuando, seguramente con el tiempo la idea se vuelve mas cómoda y además de ser un pequeño esfuerzo más para ayudar a nuestro agotado planeta.

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